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Bandas en Haití: La situación de violencia y secuestros

Desde el mandato de François Duvalier (1957-1971) y, en particular, desde el mandato presidencial de Michel Martelly (2011-201), las bandas se han utilizado para interrumpir los procesos políticos de Haití, intimidar a la oposición y a la población en general, y obtener votos y beneficios económicos.

Estas han proliferado aún más a partir de 2018 como herramienta para la élite política y empresarial, así como para altos funcionarios gubernamentales, con el fin de suprimir la movilización popular, cometer masacres y paralizar las actividades sociales y económicas. Estos grupos han unido cada vez más sus fuerzas mediante múltiples alianzas para ejercer el control sobre grandes franjas del territorio.

Aunque se estima que actualmente hay unas 200 bandas activas en todo Haití, el panel de expertos de las Organizaciones de las Naciones Unidas (ONU) cree que no todas las agrupaciones de personas de ese país son necesariamente bandas.

“La dificultad de facilitar cifras exactas incluye la complejidad de definir lo que constituye realmente una banda, y no una baz (base) dedicada a actividades de autodefensa o de pequeña delincuencia”, explicó el Panel en un informe.

Indica que en el vecino país hay 23 bandas armadas principales que operan en la zona metropolitana de Puerto Príncipe (departamento del Oeste), agrupadas en torno a dos coaliciones principales.

Fuente de ingreso

En su informe, el Panel de la ONU indica que los secuestros a cambio de rescates son una de las principales fuentes de financiación para las bandas en Haití y recientemente han alcanzado niveles sin precedentes. Aunque muchos casos no se denuncian, entre enero de 2022 y junio de 2023 se secuestró a 2,441 personas.

En los casos en que se informó al Panel, los importes que se pagaron como rescate varían mucho en función del perfil de las víctimas, y oscilan entre 7,000 y 500,000 dólares por objetivos extranjeros y figuras destacadas. “La extorsión, los robos y el secuestro de vehículos de pasajeros, de transporte y privados representan una importante fuente de ingresos para las bandas que controlan las carreteras nacionales”, sostiene el Panel.

Agrega que los camiones de carga son blancos especialmente destacados debido al valor de la mercancía que transportan (como combustible o artículos manufacturados). Por cada camión secuestrado se paga una tasa de extorsión de entre 1,000 y 3,000 dólares, en función de su tamaño y del valor de su carga. La situación es similar a lo largo de la Ruta N2 en Martissant, donde las bandas 5 Segond, Grand Ravine y Ti Bois realizan operaciones de extorsión.

Dinámica de las bandas

La coalición denominada “Familia y Aliados G9“, encabezada por Barbeque (HTi.001) y la coalición G-Pèp, encabezada por Gabriel Jean-Pierre (alias “Ti Gabriel”), junto a otras bandas independientes establecen alianzas oportunistas, tanto entre sí como con G9 y G-Pèp. En el informe de 160 páginas, el Panel explica que, en sus bastiones, las bandas ejercen el control directo y la autoridad exclusiva (zonas de control), amenazan y toman como rehenes a los miembros de sus propias comunidades, extorsionan a empresas, establecen células comandadas por jefes de zona e instalan muros de protección, llamados “VARs”.

“Las bandas también ejercen su influencia sobre las zonas que rodean sus bastiones (zonas de influencia). Aunque estas zonas están bajo un control menos estrecho, solo pueden acceder a ellas la banda y las personas con las que esta tiene acuerdos”, sostiene la ONU. Las zonas bajo el control directo y bajo la influencia de las bandas representan alrededor del 80 % de la zona metropolitana de Puerto Príncipe. El otro 20 % sufre las incursiones de bandas que intentan perpetrar secuestros, robos, asesinatos y otros delitos.

Coalición G9 y G-Pèp

Desde el bloqueo de la principal terminal de combustible del país (Varreux), a mediados de septiembre de 2022, Barbecue ha encabezado la coalición G9 en una nueva oleada de violencia contra sus rivales en la zona de Puerto Príncipe. Del 27 de febrero al 3 de marzo de 2023, Barbecue dirigió bandas de la coalición G9 (Krache Dife, La Saline, Wharf Jérémie, Tokyo, Belekou) en enfrentamientos con Les Argentins (G-Pèp), dirigida por Kempes Sanon, en los barrios de Bel-Air y Solino.

Les Argentins contaban, a su vez, con el apoyo de sus aliados de la coalición G-Pèp, las bandas 5 Segond y Brooklyn. La ofensiva de G9 era como represalia por el establecimiento de una célula local de Les Argentins en la zona de Solino para gestionar operaciones en la zona, incluidos múltiples secuestros en la zona de Delmas.

A causa de los enfrentamientos, varios civiles resultaron muertos o fueron desplazados, y se destruyeron casas. G-Pèp y sus aliados (5 Segond, Kraze Barye, Grand Ravine, Canaan y 400 Mawozo) han ampliado su cooperación, con lo que han aumentado notablemente sus capacidades delictivas y de combate. En el marco de este acuerdo, Johnson André (alias “Izo”), líder de 5 Segond, ha venido ejerciendo un papel cada vez más influyente.

“Izo”, que cuenta con recursos sustanciales, fuertes redes delictivas y ambiciones expansionistas, ejerce una influencia considerable, junto a sus aliados, desde las carreteras de acceso situadas al sur y al norte de Puerto Príncipe hasta el departamento de Artibonito. También cabe destacar el papel de Emmanuel Salomon (alias “Manno”), otro dirigente de 5 Segond encargado de las operaciones.

Bwa Kale

El accionar de las bandas y la violencia asociada a estas han dado un nuevo giro desde finales de abril de 2023 a raíz de Bwa Kale, un movimiento de justicia callejera que había matado a 479 presuntos miembros de bandas en todo el país hasta julio de 2023.

El desencadenante de este fenómeno fue la movilización popular que acompañó las operaciones policiales previas al desmantelamiento de la banda Ti-Makak, que operaba en Laboule, en las alturas de Pétion-Ville, en Puerto Príncipe. Aunque no hay líderes proclamados del Bwa Kale, el movimiento se inspira en mensajes de los medios sociales y los medios de comunicación principales que alientan a la población a perseguir a los miembros de las bandas. .

Los grupos de autodefensa, que ya actúan en diversos barrios, han aprovechado el Bwa Kale para afirmar su poder en sus comunidades respectivas y ampliar su influencia a otras zonas. Los grupos de autodefensa reciben el apoyo financiero de los empresarios locales, así como algunos miembros de la diáspora haitiana, para proteger los barrios.

Algunos grupos incluso recaudan un pago mensual por proteger las viviendas. En otras zonas, los habitantes han empezado a organizarse para impedir la entrada de bandas en sus barrios, erigiendo barricadas y cerrando la carretera de noche. Con el auge del movimiento Bwa Kale, el número de armas en circulación entre la población ha aumentado. La mayoría de las armas de fuego de los miembros de bandas linchados no se entregan a la policía.